por Aneuris Hernández
La reciente reforma fiscal impulsada por el gobierno dominicano ha generado un intenso debate en la sociedad. Esta iniciativa, que busca aumentar los ingresos del Estado para financiar el gasto público, ha sido criticada por su enfoque desproporcionado sobre la clase media y los sectores más vulnerables de la población.
Carga sobre la Clase Media y Vulnerable
La reforma plantea un incremento en la carga impositiva para la clase media, que ya enfrenta dificultades económicas. Este grupo, que se ha visto afectado por la inflación y la falta de oportunidades, ahora se ve obligado a asumir un peso adicional que compromete su estabilidad financiera. Asimismo, la clase más vulnerable, que lucha por sobrevivir en condiciones precarias, se enfrenta a un nuevo golpe que podría acentuar su pobreza.
Es fundamental señalar que la clase media y los sectores de bajos ingresos son los que menos capacidad tienen para soportar este tipo de cargas fiscales. La historia ha demostrado que las políticas fiscales regresivas, que castigan a los más necesitados, perpetúan ciclos de desigualdad y limitan el desarrollo social.
La Necesidad de Disminuir el Gasto Público
Si el objetivo del gobierno es realmente mejorar la situación económica del país, la solución no radica en aumentar los impuestos a quienes menos tienen. En lugar de eso, debería enfocarse en la reducción del gasto público. Una gestión más eficiente y transparente de los recursos del Estado podría liberar fondos que, de ser bien administrados, contribuirían a un crecimiento más equitativo.
La actual estructura de gasto público presenta áreas donde se pueden realizar recortes significativos, como en gastos administrativos innecesarios o en proyectos que no benefician directamente a la población. Un gobierno responsable debe evaluar sus prioridades y dirigir los recursos hacia políticas que promuevan el bienestar general y el desarrollo sostenible.
Una Reforma Injusta
La injusticia de esta reforma radica en que los que menos tienen son los que asumen el mayor peso fiscal. Es inaceptable que, en un país con altos índices de pobreza, se opté por medidas que afectan a la clase media y a los más desfavorecidos. En lugar de construir un sistema más justo, se perpetúa la desigualdad y se vulneran los derechos de quienes ya enfrentan múltiples desafíos.
El gobierno debe reconsiderar su enfoque y adoptar medidas que realmente beneficien a la población en su conjunto. La implementación de un sistema tributario más progresivo, donde quienes tienen mayor capacidad de pago contribuyan de manera justa, es esencial para avanzar hacia un modelo más equitativo.
Conclusión
La reforma fiscal introducida por el gobierno dominicano presenta serias fallas en su concepción y ejecución. Cargar el peso de la reforma sobre la clase media y los sectores más vulnerables es una decisión que agrava la desigualdad y desatiende las verdaderas necesidades del país. Es momento de que las autoridades escuchen a la ciudadanía y adopten políticas que promuevan un desarrollo inclusivo y sostenible, donde la justicia social sea la prioridad.